Productos siempre frescos
Productos siempre frescos
La cantidad media a la que está expuesta la mayoría de las personas no supone un peligro para la salud humana ya que la mayor parte del níquel ingerido diariamente se elimina a través de la orina o del tracto gastrointestinal sin ser absorbido. Sin embargo, las dosis masivas o la exposición crónica pueden suponer un riesgo debido a su toxicidad aguda y carcinogenicidad.
La dieta sin níquel es una opción dietética basada en la eliminación o reducción de los alimentos que contienen este metal, presente en muchos alimentos y también en el agua. La alergia al níquel es una reacción inmunitaria que se manifiesta con síntomas cutáneos, como dermatitis, eccemas, urticaria, provocados por el contacto con objetos metálicos, como joyas, monedas, hebillas, pero también con trastornos gastrointestinales, respiratorios y neurológicos, debidos a la ingestión de alimentos ricos o contaminados o por vía aérea, asociada al aire contaminado por refinerías de níquel, combustión de combustibles fósiles o humo de tabaco.
No es una dieta fácil de seguir, ya que el níquel está presente en muchos alimentos tanto de origen vegetal como animal, especialmente aquellos procesados, conservados o enlatados.
Los alimentos que deben evitarse incluyen: legumbres, cereales integrales, frutos secos, chocolate, café, té, cerveza, vino, pescado, mariscos, moluscos, carne enlatada, quesos curados, embutidos, levadura, especias, salsas, verduras de hoja verde, tomates, champiñones, coliflor, brócoli, alcachofas, espárragos, apio, berenjena, kiwi, piña, fresas, frambuesas, frutas cítricas.
Entre los alimentos permitidos o tolerados se encuentran: leche, yogur, quesos frescos, carne fresca, pescado fresco (excluidos los mariscos), huevos, arroz, pasta, pan blanco, patatas, calabacines, zanahorias, pimientos, melón, melocotón, plátano, manzana, pera, agua oligomineral.
La cocción se puede realizar en sartenes de aluminio, vidrio o teflón, evitando el acero inoxidable.
Obviamente, la dieta sin níquel debe personalizarse en función de la sensibilidad y otras intolerancias o alergias alimentarias que padezca el individuo. Además, debe seguirse bajo la supervisión de un médico o nutricionista , para evitar deficiencias nutricionales o desequilibrios dietéticos, ya que tiene como objetivo reducir los síntomas de la alergia y mejorar la calidad de vida de las personas que la padecen. No es una dieta milagrosa, ni una moda a seguir para perder peso o desintoxicarse. Al contrario, se trata de una dieta restrictiva , que requiere atención, información y concienciación.
La alergia al níquel fue descubierta por primera vez en 1963 por un grupo de investigadores suecos, quienes observaron que algunas personas que usaban joyas de níquel desarrollaban erupciones cutáneas. Después de una serie de estudios para determinar la causa de las erupciones, encontraron que la exposición al níquel provocó la liberación de hialuronidasa, una enzima que puede descomponer el ácido hialurónico, un componente importante de la piel. La alergia al níquel es una afección relativamente común. Se estima que aproximadamente el 10% de la población mundial es sensible a este oligoelemento esencial.